martes, 11 de julio de 2017

EL JOVEN BOHEMIO

     —Pero joven, ¿no se da usted cuenta de que los tiempos de la poesía ya fallecieron?
     —¿Está usted diciendo que ya no es posible encontrar belleza en este mundo? ¿Quizá lo que sugiere es que ya no queda lindeza alguna que plasmar sobre el papel?
     —Lo que digo es que debería consumir su tiempo en quehaceres más beneficiosos. Hablo de capital, joven amigo.
     —No se imagina cuánto me entristecen sus palabras, señor. ¿Cuán afligidas y apenadas estarán todas aquellas almas que tuvieron que abandonar la poesía, la pintura o tal vez la música para poder llevarse algo de pan a la boca? No es justo, querido amigo.
     —La necesidad siempre es prioridad.
     —¿Y qué me dice de la necesidad de leer o escribir unos versos? ¿De trazar con un pincel un lienzo en blanco? ¿De componer notas que un violín convertirá en hermosa melodía?
     —Tiene usted una forma muy bohemia de ver la vida.
     —Y no la cambiaría por nada, señor.


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